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Un buque a la deriva en la ciudad de Móstoles.

Hace tan solo unos días, el consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid, ante la publicación en los últimos meses de videos e imágenes de terribles derrumbamientos e inundaciones en hospitales públicos de la región, desvelaba que en los próximos 2 años se van a invertir 130 millones de euros en rehabilitarlos.
La paradoja del Hospital Universitario de Móstoles.

La historia de este hospital es la crónica de una muerte anunciada.
Inaugurado en 1983 como hospital público general para la población de la zona suroeste de la Comunidad de Madrid (aproximadamente 400.000 habitantes), hasta que en 1998 entró en funcionamiento, como experimento de gestión sanitaria tras la aprobación de la Ley 15/97 de nuevas fórmulas de gestión sanitaria, la Fundación Hospital Alcorcón que fragmentó el área 8 en dos poblaciones de referencia de aproximadamente 220.000 habitantes.

Por último, en el año 2012 el Hospital Universitario de Móstoles quedó con una exigua población de referencia de 150.000 habitantes aproximadamente, tras el inicio de la actividad, en el mismo municipio de Móstoles, del Hospital Rey Juan Carlos (gestionado íntegramente por la empresa privada Quironsalud).

¿Qué ha ocurrido en el hospital en estos últimos años?

Si analizamos los datos que ofrece la propia consejería de sanidad sobre este hospital no son para nada alagüeños.
Por ejemplo en cuanto a su actividad, los nacimientos bajaron de 1.817 en 2010 a 771 en 2015 (-58%), de 17.041 ingresos en 2011 a 13.391 en 2015 (-22%), de 14.087 cirugías (incluyendo ambulatorias y con hospitalización) en 2011 a 10.904 en 2015 (-33%), de 424.911 consultas en 2011 a 352.565 en 2015 (-18% menos),…, además en 2015 casi un 15% de los pacientes del área de este hospital (9.466 de 60.429) decidieron hacer uso de la Ley de libre elección para ser atendidos en otros hospitales de la región.
Respecto a los recursos disponibles en el centro, de las 421 camas instaladas que había en 2009 sólo se emplean 294 en la actualidad (nada menos que un 30% de las mismas están cerradas a cal y canto, dato reconocido sin pestañear por el DG de asistencia sanitaria en la Asamblea de Madrid), el número de enfermeras pasó de 623 en 2010 a 488 en 2015 (-22%) y los auxiliares de enfermería de 483 a 360 en los mismos periodos (-26%).
Y como no puede ser de otra manera, el presupuesto ejecutado por este centro en 2011 pasó de 153,55 millones de € en 2011 a 124,02 millones de € en 2015.
Eso sí, llama la atención que el Hospital Universitario de Móstoles, fruto del intenso trabajo de todos sus profesionales, tiene certificadas todas las actividades del Hospital por su gestión mediambiental y nada menos que 47 servicios por la norma ISO en gestión de calidad.
Todas estas cifras contrastan con los del cercano Hospital Rey Juan Carlos (Quironsalud) que no para, año tras año, de aumentar sus datos de actividad, recursos disponibles, número de pacientes derivados para reducir lista de espera quirúrgica y de pruebas médicas,…, y como consecuencia, multiplicar su millonaria facturación al Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) .
Por todo ello, tras analizar todas estas cifras, parece clara la intención de los últimos ejecutivos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid de hacer agonizar este centro para incrementar los beneficios de la empresa Quironsalud.
Además, los anteriores consejeros de sanidad, y por supuesto el actual D. Jesús Sánchez Martos, han repetido hasta la saciedad que este hospital no tiene camas cerradas, pero con los datos y las declaraciones del DG de asistencia sanitaria, queda claro que nos mienten sin ningún miramiento.
Como hemos visto, actualmente el problema no sólo está en la estructura del edificio, si no en todo el contenido del Hospital (personal+dotación tecnológica), lo que ha generado gran sufrimiento en la población del Hospital Universitario de Móstoles por las interminables listas de espera para cirugía, consultas y hospitalización.
Así que desde la Consejería de Sanidad deberían dejar de poner cara de pena, pedir disculpas a los madrileños por las absolutamente reprochables prácticas de sus compañeros de partido (muchos de ellos siguen hoy sentados en la Asamblea de Madrid) y ponerse a trabajar para devolver a este centro su capacidad de responder íntegramente a las necesidades de salud de su población.
Parece que hay miedo a reconocer ahora, que habiéndose utilizado al 100% los recursos de los Hospitales existentes en el área (Móstoles y Alcorcón), y añadiendo en su caso leves ampliaciones de ambos, se hubiese evitado hipotecar a los madrileños por 30 años para construir un hospital privatizado, a todas luces mal planificado.

¿Y cuáles son los planes previstos para este hospital en los próximos años?

Nuestro consejero de sanidad anunció recientemente que se van a dedicar 17,1 millones de € en reformar los paritorios, el área de cirugía mayor ambulatoria (CMA) y otras áreas del centro.
Además, el DG de Asistencia Sanitaria en la Comisión de Sanidad del pasado 21 de Febrero anunció su intención de crear aproximadamente 160 camas de media estancia y, como objetivos asistenciales del centro, aumentar la ambulatorización de cirugías y disminuir el número de consultas sucesivas. E incluso, casi pasándose de frenada, y de nuevo amenazando con seguir escribiendo el guión de sus predecesores en la Consejería, planteó que en un futuro podrían reducirse el número de camas de hospitalización quirúrgica y los espacios de consulta del Hospital.
Pues bien, resulta llamativo que buceando en internet encontramos que el último plan funcional del Hospital Universitario de Móstoles data de 2009, realizado por la empresa Prointec y contando entre sus redactores con Antonio Burgüeño (famoso ideólogo de la privatización de la sanidad pública en España), concluía que “salía más rentable levantar un centro nuevo, antes que invertir en reformar el existente,” “el actual hospital tiene amplias limitaciones funcionales, problemas de estructura y accesibilidad por lo que precisaría una renovación total de instalaciones, escaleras y ascensores.” Además, aprovecharon la ocasión para recordar que la simple reforma del Hospital Universitario dejaría pasar la oportunidad de implantar el modelo PFI (privatización de la gestión de los servicios no sanitarios del hospital, como ocurrió en los centros de nueva creación como Parla, Vallecas, Aranjuez,…).
Desde entonces ya sabemos lo que aconteció. Se adjudicó la construcción y gestión por 30 años del nuevo Hospital de Móstoles, que recibió el nombre de Rey Juan Carlos, y, como ha sido la tónica general en la Consejería de Sanidad, desapareció cualquier atisbo de planificación y coordinación sanitaria en la zona para no perjudicar el negocio del nuevo hospital privatizado.
El Hospital Universitario de Móstoles lleva languideciendo desde 2012 por una grave merma presupuestaria, provocando una importante pérdida de recursos asistenciales y profesionales, lo que unido a un completo abandono de sus instalaciones, sólo ha generado aumento de las listas de espera y de la insatisfacción de sus usuarios.
Por todo ello, no parece que este panorama tan desolador vaya a corregirse con pintar 4 paredes y cambiar el suelo de una planta, si no haciendo un plan de renovación integral de sus instalaciones y, especialmente, contratando el personal asistencial perdido en los últimos años.

Ante todo lo expuesto anteriormente los ciudadanos de la Comunidad de Madrid necesitamos información clara y certera de cuáles son los planes de la Consejería de Sanidad para con el Hospital Universitario de Móstoles.
¿Van a hacer público el proyecto de Plan Director de este centro, anunciado por el DG de Asistencia Sanitaria, para que puedan conocerlo y opinar todos los vecinos de Móstoles, antes de su aprobación?
¿Qué sentido tiene priorizar la reforma de unos paritorios que cada día atienden menos partos? ¿O tienen previsto intentar aumentar el número de usuarias que acudan a ellos, por ejemplo, adaptando el bloque obstétrico para que sus salas sean de dilatación-expulsivo, aumentando su capacidad resolutiva y la confortabilidad de las mismas?
Recuerden que el Ministerio de Sanidad publicó la guía “Maternidad Hospitalaria. Estándares y recomendaciones” donde quedó recogido que “Los bloques obstétricos ofrecen la posibilidad de que todo lo concerniente a la dilatación, parto y posparto se lleve a cabo en una misma sala, lo que comporta determinadas ventajas respecto del sistema tradicional: mayor aprovechamiento del espacio y de los recursos disponibles, eliminación de recorridos innecesarios, simplificación del procedimiento y, sobre todo, mejora de las condiciones ambientales de la parturienta.”
Pero claro, con Quironsalud hemos topado, y a lo mejor, el nuevo ejecutivo ya no quiere fomentar, como decía su compañera del Partido Popular Dña. Esperanza Aguirre, la excelencia en el sistema mediante la competencia entre hospitales. Quizá cuando hablamos de competencia, la Consejería de Sanidad sólo quiere poner todos los medios para que el resultado de la facturación intercentros arroje siempre un saldo positivo para los hospitales privatizados.
¿El servicio de pediatría va a seguir inalterable? ¿Seguirá sin añadirse la especialidad de cirugía pediátrica, obligando a los niños atendidos en el centro que requieren valoración quirúrgica a una derivación al hospital privatizado del mismo municipio o, si apuestan por usar la sanidad pública, tener que viajar a los grandes hospitales de Madrid capital?
Respecto a las consultas externas, si ustedes plantean reducir el, siempre según su ideario, “alarmante” número de consultas sucesivas que hay en este centro, en lugar de cortar por lo sano por el lado de la oferta (reduciendo el número de salas de consulta), podrían innovar por una vez y fomentar de forma decidida las consultas de alta resolución (para lo que impepinablemente será necesario aumentar la resolutividad de las áreas de laboratorio, radiodiagnóstico y hospital de día, siendo imprescindible la contratación de un importante número de profesionales y el aumento de la dotación tecnológica) y las teleconsultas desde atención primaria, evitando derivaciones al hospital.
Pero continuemos, ¿cómo se va a gestionar la atención de la población de referencia durante dichas reformas?
¿Va a condenarse al hospital a una pérdida masiva de su presupuesto, por la atención a procesos de servicios en obras, como consecuencia de la facturación intercentros de la empresa Quironsalud desde el cercano Hospital Rey Juan Carlos? ¿O bien se va a planificar una atención ordenada en los cercanos hospitales públicos de Alcorcón y Fuenlabrada, mientras se acometen las reformas?
¿Va a haber algún cambio en la cartera de servicios del centro? ¿Se plantean mantener y/o crear unidades de referencia en determinadas especialidades/procesos de este hospital o seguirán condenándolo a perder irremediablemente complejidad de los pacientes atendidos?
Por otro lado, ¿qué opinan de convertir la unidad de geriatría del Hospital Universitario de Móstoles en unidad de referencia para todo el antiguo área 8 e incluso extenderlo a otras cercanas (recordemos que los usuarios del área del cercano Hospital Fundación Alcorcón no pueden acceder a esa especialidad). Por cierto, si tienen en mente seguir manteniendo la libre elección en Madrid, ya es hora de incluir esta especialidad entre las elegibles, porque aún hoy muchos madrileños no pueden ser atendidos en unidades de geriatría por carecer su hospital de referencia de ella.

En conclusión, lo expuesto en las líneas anteriores es sólo una muestra de lo que está ocurriendo en toda la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid.

Fdo: Aymar Arenal. Profesional de la enfermería en la sanidad pública madrileña.

Asociación Madrileña De Enfermería.

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